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hermandadyacente.es

Meditación en Cuaresma 2025

QUERIDOS HERMANOS: seguramente todos sepáis que el Papa Francisco nos invita a
todos, a ser peregrinos de la Esperanza en este año jubilar 2025,

Desde la fe, sin convicciones profundas ¿qué esperanza cristiana vamos a ofrecer? Si
no tenemos conciencia de que caminamos juntos nuestra fe dejará de ser aliciente y
significativa en el mundo.

Ciertamente el cristianismo debe dar razón de su esperanza a quien se lo pida, sean
cuales sean las circunstancias históricas y el estado de ánimo con el que culturalmen-
te afronte su futuro, Pero en ningún caso sus características favorables o no a la
esperanza de lo que suceda hoy (crisis financieras, ecológicas, pobreza mundial,
conflictos bélicos, terrorismo..), no pueden condicionar el contenido de esta virtud
teologal, pues esto depende exclusivamente de la PROMESA DE DIOS, Algunos están
jugando a ser dioses y por eso nos va cómo nos va, porque solo importa alcanzar
nuevas metas y lo que no importa y carece de significación, es el coste humano, social
y material de dichas conquistas. Vivimos en un tiempo donde reina la insostenibilidad,
La pregunta no es ¿hasta dónde? Sino, ¿hasta cuándo..? Esto refleja una problemática
desde lo individual hasta lo planetario, desde lo político hasta lo económico.

La Esperanza cristiana, por tanto, es un antídoto para no ser vencidos de antemano
ante la incertidumbre y el catastrofismo. Si la esperanza está dotada de las señas de

identidad de Jesús encarnado y resucitado, entonces nadie estará excluido, como
tantos cristos yacentes de este tiempo.. Porque los cristianos nos jugamos ahí la
dignidad. La historia se construye desde dentro y desde abajo. No desde los
púlpitos, sean del signo que sean.

Dicho de otra manera, la esperanza es válida por si misma, no en función de la
eficacia o de sus resultados. Es liberadora, porque conlleva la cruz, el afrontar los
desafíos y un compromiso activo. Los cristianos creemos que cualquier acto de
amor no cae nunca en saco roto. Y el primer ejemplo es el de Jesús. Se hizo
hombre como uno de nosotros y entregó su vida en un acto de Amor supremo,

Será el Espíritu Santo quien socorra nuestra debilidad e interceda por nosotros
con gemidos inarticulados aguardando la libertad de los hijos de Dios. La
promesa esperanzada de salvación de aquello que todavía no es y que, por ello,
abre y hace historia, se ha convertido en el motor, el motivo, el resorte de la
historia. Cada uno de nosotros estamos llamados a ser portadores de esta
esperanza involucrándonos en el día a día. ..Ojalá vivas la Cuaresma desde esta
clave, Animo,

 

Manuel San Miguel | TU HERMANO 232 Y CAPELLÁN